Valoramos la protección
en nuestra niñez,
la independencia
en nuestra juventud,
más, casi volar queremos
para regresar donde nuestras
huellas tocaron suelo, y
volver a establecernos en el
dulce placer de la rutina
para confortarnos y dejar,
con la piel rugosa, que esa
conformidad se convierta
en la última alegría de
nuestro paso por la vida.

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