Entradas

Mostrando entradas de junio 27, 2017
            No conciliaba el sueño. Simplemente no podía, y no lo soportaba en ocasiones; en otras, disfrutaba de la soledad de la noche. Miraba al techo y hablaba en voz alta sola. Por suerte para ella, su mascota la acompañaba en su vigilia, aunque había veces que lo hacía sin estar ella presente. Cuando eso sucedía se reía un rato, no podía evitar sonreír con la simpleza y el surrealismo de aquella escena. Todos los recuerdos se agolpaban, tanto buenos como malos, e iban a su mente como trozos de películas cortadas. Después se acordaba de aquello que debía hacer. Y, ya que no podía dejar de hacer nada, y que no iba a estar más que mirando al techo, se decía a sí misma: “¿por qué no?” se levantaba e iba al estudio, y comenzaba sus tareas hasta que la noche se convirtió en una fuente de ideas, y el día en un momento de ajetreo que para ella sería el descanso de un buen trabajo y para los demás un comienzo de inacabados recuerdos.

La autenticidad

      Ser coherente con los propios valores es una tarea peliaguda que conlleva evitar excusas ante encargos a realizar por esa idea del "yo verdadero". Incluso es necesario lidiar entre valores y momentos que ponen al sujeto en una situación incómoda, de indecisión. Normalmente esta escena ocurre cuando se quiere pertenecer a un grupo con el que se está de acuerdo en ideas y a la vez quiere mantenerse la integridad.       También sucede con el propósito de la vida. A veces hay ataduras impuestas voluntariamente porque forman parte de esos hábitos que llevan a cumplir los valores en que se cree. Sin embargo, otras veces frenan a la hora de decidir el propósito: Me ato a la familia, amigos, costumbres o rutinas que tengo aquí y no salgo afuera a explorar. No quiero apartarme de esto porque lo valoro pero también considero importante la exploración y la búsqueda de la verdad, el auto conocimiento a través de las experiencias. Se contraponen las situaciones, prioridades y v