Abre la cerradura,
introduce la llave,
encuentra el compartimento,
no serás capaz de ver qué hay dentro.

Muñecas rusas,
una dentro de otra,
¿un martillo? ¿tirarlas al suelo?
no serás capaz de ver qué hay dentro.

Clave, contraseña,
¡qué más da!
no sirve de nada.
Está vacío, lleno de todo.

Todo es nada para el poco avispado.
Todo es lleno para el comprensivo.

Dentro, fuera; dicho, silencio.
Capas, capas. Y más capas.
Se rompen, esperan la escucha.
¡Shh! un juicio viene,
no lo aceptará si no entiende,
¡hay que esconderse!
Parece haber cerrado su tímpano,
y abierto su boca al sinsentido.

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