Has venido antes,
y alguna vez te he escuchado, pero

quisiera conocerte más de cerca.
Quisiera comprenderte,
no huir de ti o ignorarte.
Quisiera saber aceptar a tiempo
que estás ahí,
mirarte a los ojos,
y decirte que espero

que transformes los nervios, la duda,
la indiferencia, angustia, en movimiento,
en progreso constante, en satisfacción;
y que, cuando todo acabe, miedo,
seamos amigos de nuevo,

que sepa agradecerte 
no apagar mis sueños,
saber escucharte,
ver por qué estás ahí,
y recapacitar si merece la pena
aprender de esta experiencia
para que, en las próximas,
cuando escuche tu susurro de nuevo
te desvanezcas en mi interior,
te mezcles con la ilusión de mis metas
me hagas alcanzar más,

que me ayudes a ser vulnerable y real,
que me enseñes a superarme,
a vivir la vida plenamente,
a tu lado, pero sin ti al acecho;
A sentirla llena de dulzura,
de agradecimiento, de paz.
De alegría, de tristeza.
De equilibrio.

Espero que vuelvas,
solo para conocerte mejor,
que no me paralices de nuevo,
pero sí que seas un buen amigo
y me ayudes a sentirme viva
soñando, trabajando y disfrutando,
moviéndome constantemente por
el poco tiempo de este péndulo
al que todos llamamos vida.

Comentarios

Entradas populares de este blog